EN 03- Violetas

Esther Quevedo

ISBN: 978-84-935691-3-6

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Mi padre quiso ponerme el nombre de mi bisabuela y de mi abuela, pero no lo dijo a nadie.
Todo el mundo creía que me iban a llamar Ana, pero cuando fue al registro civil me inscribió como Violeta.
Como ya olía a café, cambiamos de conversación.
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Le dije que a lo mejor la llamada espiritual le habría venido tarde o temprano, en el supermercado,
haciendo footing, en el lavabo, no sé, Dios es caprichoso y lo mismo le da por llamarte mientras te estás duchando.
Creo que eso lo tranquilizó momentáneamente, pero al cabo de unos minutos volvió a hiperventilar.

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